Nuestro Premio Nobel de Literatura recogió su galardón con un contundente alegato a favor de la libertad y un elogio a la lectura, “la cosa más importante” que le ha sucedido, y de la literatura, al considerar que hace “gozar, sufrir o sorprendernos” y nos une sin tener en cuenta “lenguas, creencias, usos, costumbres y prejuicios”.
El literato, de 74 años, ensalzó la ficción hasta el punto que dijo es “una necesidad imprescindible para que la civilización siga existiendo...Sin las ficciones, el hombre sería menos consciente de la importancia de la libertad para que la vida sea vivible, y del infierno en que ésta se convierte cuando es conculcada por un tirano, una ideología o una religión".
Su creatividad y agudez mental, ha sido lo que le ha llevado a merecerse el preciado galardón entregado por el rey Carlos Gustavo de Suecia, en una ceremonia celebrada en la Sala de Conciertos de Estocolmo.
El literato fue presentado por el escritor miembro de la Academia sueca Per Wästberg, quien subrayó la dificultad de clasificar a Vargas Llosa, un autor que “cree en la fuerza de la literatura ...que nos ha sumergido en la burbija de la imaginación por más de 50 años”.
En su discurso también mencionó a Francia, país al que le atribuyó enseñanzas literarias “inolvidables”, pero también su descubrimiento de América Latina. “Allí descubrí Perú, con una perspectiva más lúcida, y la nostalgia, que sabe diferenciar lo adjetivo y lo sustancial y mantiene reverberando los recuerdos”.
La emotiva ceremonia de premiación fue celebrada en todo el Perú, en especial en su natal Arequipa, la ciudad blanca que una vez más se enorgullece de su hijo predilecto.
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