El Presidente Humala pierde el paso y "dice" lo que no debe empeorando la crisis de su Gobierno. Sin duda, la estrategia de comunicación de Ollanta Humala en las elecciones presidenciales del año pasado fue bastante buena. Y aunque ganó solo por algunos puntos, el manejo de su imagen y de sus promesas de campaña -las de la hoja de ruta- fue bastante bueno en un ambiente turbulento.
Una de las acciones más recordadas y simbólicamente fuertes, eran sus mañanas de ejercicio, y ya veíamos a los periodistas agitados corriendo tras él, pero también a gente común y silvestre que veía cómo el candidato que apuntaba a Presidente corría en el llano, cerca de ellos.
La buena costumbre convertida en táctica de Humala no cambiaría luego de ganar las elecciones, y definitivamente esto fue un acierto. Con más del 50% de aprobación, un país con crecimiento económico sostenido y con inversionistas que siguen llegando de todas partes, el Presidente seguía comunicando simbólicamente su horizontalidad y cercanía con todos los peruanos.
La estrategia es estar más cerca de la gente, y sí que da réditos porque no todos los políticos lo hacen más allá del discurso.
Como todos los analistas políticos ya lo señalaron, el acierto en la comunicación de Ollanta como candidato no lo ha acompañado ahora que ya es Presidente. Los desatinos se han hecho más notorios cuando se desató la crisis del VRAE, y parece que tenemos para rato.
La horizontalidad ha perdido el paso, y actos que connotan frivolidad y desapego son los que han destacado en las últimas semanas. Si Humala ha mantenido una buena aprobación en su gestión, en buena parte por ser casi un Presidente "mudo", parece haber olvidado que los hechos y las imágenes también hablan. Urge una cura de silencio en ese aspecto, mientras se concentra en la nueva estrategia para superar la crisis en la que está el Gobierno que ya tiene dos ministros como bajas.
Los medios recibieron el material fotográfico de la mismísima Presidencia de la República, con lo cual era voluntad del Gobierno que se difundan las imágenes. Bueno, luego de permitir también las fotos con Gene Simmons, se podía esperar esto de todas maneras.
Su foto corriendo en Japón mientras en Perú siguen muriendo soldados, policías, y las carreteras están bloqueadas, está lejos de tener un efecto positivo. Cualquier imagen que en este momento connote distensión, relajo, recreación de parte de él, servirá para todos los cuestionamientos que ya está recibiendo. Y es que si el silencio fue uno de sus mejores recursos como candidato -recuerden el último debate presidencial- y hasta hace poco como Presidente, no debe olvidar que las imágenes hablan y que ahora más que nunca debe saber qué decir y qué no, porque llegando a Lima, todos esperarán que responda con soluciones.
Esta imagen, el discurso del Presidente a los liberados y su traje de militar, representa un mal manejo de la comunicación, los que fueron más ingenuos después de los muertos en el VRAE, ya no lo son.
Esperemos que el Presidente tome acciones inmediatas y redefina la estrategia política, porque parece que de momento ha usado la comunicación como un maquillaje de la coyuntura, la foto con los liberados de Camisea fue fatal. Y ojo, he dicho estrategia política y no de comunicación, la segunda depende de la primera, si tenemos un desastre en la gestión de los responsables de Ministerios que garantizan la estabilidad del Perú, por ejemplo, no hay comunicación que salve al Gobierno.
El Perú no debe caerse justo ahora, solo cumpla lo que comunicó como candidato y escuche a la gente, ahora es cuando.
Extraído del Diario Gestión del 11/05/2012
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