Paradójicamente el 2012 fue el año más
triste y más feliz de los que me ha tocado vivir, la alegría de tener a Joaquín
y disfrutar de sus primeros meses a mi lado fue opacada por la certeza de las
muertes cercanas de mi padre y de mi abuelo.
Joaquin
nació el 26 de enero y el 28 que salía con él del hospital en mis brazos, mi
padre quedaba internado porque se había desmayado cuando fue a recogerme, en
ese momento sólo me dijeron que tenía 5 de hemoglobina y una angustia horrorosa
se apoderó de mí. Se le realizaron varios exámenes que al final reportaron cáncer al estómago, una enfermedad
que puso a prueba el amor y los valores en mi familia.
Él médico
se lo dijo a mi padre delante de mi hermana y él trato de minimizar su
diagnóstico, cuando salieron juntos del consultorio no habló del tema, sólo se
despidió de ella y lloró a solas. Desde esa fecha nunca más durmió y contadas
veces sonrió. Lo mismo nos pasó a todos los que lo amábamos.
Los
diferentes médicos a los que consultamos nos mataban las esperanzas,
todos coincidían en que de haber sido detectado a tiempo podía haberse operado
y mi padre se aferraba a esta opción, nunca voy a olvidar la vez en que
regresó a casa luego de haber estado más de un mes hospitalizado en el
Rebagliati esperando ser operado, su rostro reflejaba una tristeza
indescriptible, pero tampoco dijo nada.
Cada vez que era
internado le decíamos que iba a mejorar, mentíamos y él lo sabia, pero él
también nos mentía porque decía que los
médicos le habían dicho que una vez que tuviera la hemoglobina estable le iban
a extraer su tumor. Las mentiras nuestras y de él eran con el único fin de no
hacer sufrir. Nunca nos sentamos a hablar la verdad de su enfermedad y eso lo
lamentamos ahora.
Mientras
él luchaba día a día, mi abuelo también era internado por derrame cerebral, mi
Lito estuvo internado más de un mes, pero no estaba consciente de su delicado
estado y se fue durmiendo, tenía 83 años y puedo decir que vivió feliz a su
manera. Fue muchas veces mi cómplice y siempre tenía una sonrisa en el rostro,
se quedan conmigo sus gracias y el bello recuerdo de sus ojos traviesos y
vivaces, que se apagaron sin ver a su hijo sufrir y esta fue una bendición más
en su vida. Mi padre ya no caminaba y no pudo darle el último adiós al león de
la familia.
Todo lo
contrario pasaba con Doña Julita, que sufrió cuando murió su compañero de
vida pero trataba de sobreponerse para atender a su hijo, a quién veía
consumirse lentamente. Ella siempre lo protegió, se hizo cargo de nosotros
desde que nacimos para apoyarlo a él, siempre estuvo a su lado y cuando
lo criticábamos ella salía en su defensa como una leona. Ella nos demostró todo
este tiempo una fortaleza admirable, su corazón de madre sabía que la
muerte estaba cerca pero la enfrentaba con entereza y dignidad.
Creo que lo que más le
dolía a mi padre era pensar en el dolor de su madre y en no poder gozar a sus
nietos, a mi hijo sólo lo pudo cargar una vez y aprovechó para cortarle su
cabello, la última vez que le dio un beso a Joaquin, lloró mucho y eso me
destrozó, ambos sabíamos que mi hijo no iba a tener la dicha de compartir con
él, de conocerlo y sentir su amor y sus mimos.
Debo
decir que su enfermedad nos unió más como familia, sobre todo a los hijos, nos
organizamos para permanecer con él y que no estuviera solo, mi hermano Rony fue
el que más compartió con él sus últimos meses, con él viajaba a sus consultas
en Lima y a su lado fue que murió la madrugada del 25 de diciembre, navidad
para los católicos, un día que a él no le gustaba.
Todos
estábamos asombrados por su resistencia ya que en febrero sólo le daban 3 meses
y estaba a punto de cumplir un año luchando, contra todo pronóstico. Los
últimos 2 meses fueron los peores porque además de las transfusiones
constantes, se le complicó con infección pulmonar y renal, sólo movía su cabeza
y apenas le entendíamos cuando hablaba, situación frustrante y en extremo cruel
con él y con todos los que lo cuidábamos porque no podíamos hacer nada para
ayudarlo. Es más, creo que con las transfusiones alargamos su sufrimiento sin
querer.
Yo puedo
decir que mi abuelo me
enseñó a vivir con alegría,
de él heredé mi espíritu viajero y aprendí a amar el trabajo. De mi padre puedo
decir que lo idolatré cuando niña, lo juzgué en mi adolescencia y lo traté de
entender siendo ya adulta. No fue un padre perfecto y mucho menos yo una hija
perfecta pero nos amamos con nuestras virtudes y defectos. Supo decirle a mi
hermana que yo había sido su primer amor verdadero, la que le había enseñado el
amor incondicional de padre. Él
me dejo a mi la mejor lección, la fortaleza y el amor por la vida aun cuando se
acaban las esperanzas.
En todos
estos días he tratado de borrar de mi mente sus últimos momentos, sé que con el
tiempo lo voy a lograr, porque quiero recordarlo con alegría como cuando me
acompañó en mi graduación como pareja o cuando fue el primero en saber que
estaba embarazada y me mostró su alegría y orgullo.
No fui
muy expresiva con ambos, pero a los dos en sus últimos días les di todo mi amor
y cuidados y me hubiera gustado hacer más por su felicidad y bienestar.
Agradezco
a todos los que estuvieron moralmente conmigo y mi familia, a los que donaron
sangre, a los que hicieron posible de una u otra manera mejorar su calidad de
vida, a los que los visitaron cuando en casa y en el hospital, a todas las
personas que hicieron sentir su cariño y aprecio, gracias porque hicieron
sentir que trascendieron y que su existencia no fue en vano, sino un hermoso
regalo a nuestras vidas.
Mi deseo
para el 2013, salud, salud, salud y amor en sus vidas.
11 comentarios:
La muerte de un ser querido siempre deja (y dejará) dificiles pero importantes lecciones, yo también perdí a mi padre a causa de este terrible mal, en ese entonces yo tenía 9 años.
Cuando él se fue, sentí que me faltaba mucho por conocerlo, de compartir tantas cosas, pedirle un consejo de vez en cuando, ya sabes como de "padre e hijo", pero bueno, las cosas se dan por algo.
A partir de eso, aprendí que ver las cosas con más humildad, que nadie tiene la vida comprada y que no hay cosa más importante que la familia.
Y hoy, 15 años después de ese triste episodio, puedo decir que mi padre tanto de mí como de mi mamá y mis hermanas, nos está cuidando y bendiciendo muy bien.
Fuerza Giuliana, lo mejor para ti y tu hermosa familia.
Saludos
Luis
Gracias por compartir tu experiencia sobre este tema, un abrazo :-)
no hay palabras de consuelo en este momento de profundo dolor Dios les dara la fortaleza y resignacion que necesitan en estos momentos quedense satisfechos que estuvieron siempre al lado de su padre en toda su enfermedad los quiero mucho chicos FUERZA!!!
Querida Giuliana, fortaleza en tu silencio de soledad ante el porqué. Tú ya conoces el dolor, tanto o igual que yo, también conoces el amor y, más, aquel inmenso, el más puro y real, el que entregas a tu Joaquin. El es tu fuerza para que aprendas a extrañar con alegría...Tu padre ahora está en el mejor lugar, estoy segura, sólo siente y créelo... https://www.youtube.com/watch?v=q1JPc2IvbLc
Mi querida Giu, cada dia LA VIDA nos enseña enfrentar los sucesos buenos - malos, es cierto 2012 un año muy díficil para tu familia, recuerdo a tu abue con esa sonrisa tan pícara y a tu papi diciendo y Rocio cuándo tendrás un hijo ........... ahora es un nuevo comienzo vendrán los momentos alegres, tienes al pequeño Joaquin tu motor y motivo. Ánimo estamos aún aquí tenemos mucho por vivir!
Giuli, amiga no sabia lo de tu abuelito y tu papi, pero lo siento mucho deveras, siempre quize conocer a tu abuelito, todo un personaje por lo q me contabas...bueno amiga ten resignacion y sigue para adelante, quedate con los mejores recuerdos y honralos hablandole a tu nene de lo que ellos fueron en tu vida. te aseguro que donde se encuentren te estaran cuidando siempre. todas mis vibras positivas para ti y mil besos para tu bebe
Giuliana,amiga que dios te bendiga y te fuerzas ,en este momento tan difisil,mi mas sentido pesame por la perdida de tu Señor Padre,ten fe amiga,un abrazo a Joaquin.
Giuliana querida, amiga, no tengo palabras nunca en estos momentos. Te mando un abrazo prolongado y en silencio. Sé que en Joaquín tienes tu soporte y tu motor. Tus amigos estaremos siempre dándote energía, fuerza. Cuenta con nosotros Giu. Te queremos, te admiramos por el valor que siempre tienes y que esta vez no estará ausente. Tu papá no se ha ido. La gente que queremos nunca se va. Hay que buscarlas, mantenerlas a fuego vivo en el corazón, reír recordando los buenos momentos y asociar su nombre siempre a la alegría. Este momento duro y difícil pasará. El tiempo trae paz al alma y al corazón. Un fortísimo abrazo mío y de Mr Lainez, muy, muy sentido. Te queremos!!!!!!
Giuliana que Dios te de la fortaleza para seguir adelante en este momento difícil ,mi más sentido pésame para ti tus hermanos, tía Julia y primos un abrazo de toda la familia.
anp, es un solo corazon como tal de la distracia estamos contigo, es aceptar el ciclo de la vida, animo
Nuestro más sentido pésame a colega Giuliana Martínez, en éstos momentos difíciles.
Greta Honorio
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