Huancaya es considerado uno de los refugios naturales más hermosos del Perú, ubicado dentro de la Reserva Paisajística Nor Yauyos-Cochas, con un paisaje fascinante lleno de cascadas y lagunas color esmeralda, destino escogido para cerrar el 2017 y darle la bienvenida al presente año.
Como ya vengo haciendo desde hace 3 años, preparo mochilas para en estas fiestas, escaparnos un ratito de la ciudad y celebrar lo bueno y malo vivido, y la verdad también para no pasarla triste y sola en casa, como habia sucedido los 3 primeros añitos de vida de Joaquin.Y como ya es costumbre también, mi gran amiga Edith se agrupa feliz con nosotros, ella merece un post aparte.
Cuando escuchaba sobre Huancaya pensaba que las personas se habían equivocado en pronunciar el nombre y que se referían a Huancayo, mi primer destino como viajera antes de los 20, lugar que adoro porque aprendí tanto de mí en ese viaje y al que regresé solo una vez por unas horas también memorables, lugar que siempre significará nostalgia, del que no tengo fotos, pero con cada momento guardado en mi mente por siempre.
Pero no pronunciaban mal, Huancaya es otro lugar, al que también se puede llegar en tres horas desde Huancayo, pero que en mi caso saliendo desde Ica, llegué en aproximadamente 8 horas de viaje en carretera, que transcurrieron sin problemas disfrutando de las vistas de los valles mientras ascendíamos rumbo a un lugar que realmente me sorprendió con su belleza.
Habíamos contratado el paquete turístico que nos tenía programadas horas de caminatas durante el día, paseos en botes por sus lagunas, pequeñas estadías en pueblitos coloniales, alimentación con productos típicos de la zona y las noches para descansar en casitas de pobladores, sólo la noche de Año Nuevo programaron una fogata para celebrar.Las caminatas valieron la pena por todo lo bonito que veíamos en el camino, que alegría y orgullo me da ver como mi hijo camina seguro subiendo y bajando montañas, en este viaje de la mano de Edith porque no podía ir a su paso, no me daba el físico, además que en noviembre me había caido de las escaleras y mis piernas aun estaban muy sentidas.
Me emociona escuchar a Joaquin exclamaciones de admiración ante la belleza natural, en este caso regaladas por la Mama Cocha, pues lo que abunda en Huancaya son lagunas, cascadas y ríos, rodeados de apus y paisajes espectaculares. 
También debo decir que el frio me venció la última tarde del 2017, pero luego en la noche, animada por Edith y mi hijo, salí con ellos a dar la vuelta por la plaza viendo fuegos artificiales y escuchando comparsas del lugar celebrando la llegada del nuevo año, mientras por dentro agradecía por todo lo bueno y me decía que este 2018 tenía que ser mejor.Mi deseo principal, como en los últimos años, SALUD para poder enseñarle a mi hijo a luchar por sus sueños y para seguir luchando por hacer realidad algunos de los míos, porque también tengo claro que muchos de ellos no se concretarán, porque no dependen solamente de mí.
Recomiendo a quienes quieran visitar el lugar y disfrutar de este paraíso a full color sin el peligro de las lluvias, que lo hagan en los meses de mayo a setiembre, si pueden por su cuenta para no depender de operador turístico y generarle mejores ingresos a los pobladores de las zonas aledañas a este hermoso destino nacional.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario