11 ene 2008

Apostemos por la Pedagogía de la Ternura

Es imposible ser maestro sin apostar por la felicidad.
La educación atraviesa momentos dramáticos, planes hermosos pero sin presupuesto. Una educación con calidad se hace con niños nutridos, padres preocupados, maestros capacitados, infraestructura adecuada.
Hoy se ve que los maestros de escuelas públicas envían a sus hijos a estudiar a escuelas privadas, lo que demuestra que son conscientes de la pobre calidad educativa impartida en casi todas las escuelas públicas en nuestro país.
No es lo mismo educar que instruir, educar es formar, es acompañar al rendimiento de las personas, en cambio instruir es llenar de conocimientos una cabeza.
Ser educador es ser y convertir a los demás en vulnerables al amor.
La Pedagogía de la Ternura es un estilo de ser maestro, en el aula y fuera de ella, que promueve aprendizajes significativos que sirven para vivir. No se puede ser educador si no se tiene fe en que todo se puede.
El conocimiento hoy se cuadriplica cada 5 minutos y una computadora instruye mejor que la mejor clase, por ello la pedagogía de la ternura está centrada en el ser humano y sus DDHH. Busca humanizar, ayudar y conquistar el derecho de las personas a ser personas, educar en la vivencia de los hechos. El niño debe vivenciar sus derechos.
El aprendizaje significativo responde a necesidades, el maestro tiene que ser activo y ayudar a sus alumnos a tener las estructuras mentales y afectivas para aprender cualquier cosa, sin miedos que paralizen o impidan este aprendizaje sobre “yo”, “tú”, además de las áreas.
La integralidad en el proceso educativo es fundamental, se debe desarrollar afectos, conocimientos y el cuerpo.
La Pedagogía de la Ternura va contra la corriente, es un arte que se hace con sensibilidad, que no hiere, no discrimina, valora la dignidad, es la pedagogía que tiene como razón de ser al alumno, y donde al exigir no se agrede y la exigencia es tanto para el maestro como para el alumno. (Actualmente hay maestros de religión que son la garantía para ser ateos, otra oportunidad perdida).
La Pedagogía de la Ternura recupera el error como elemento pedagógico, hay que ser autocríticos, el aula debe ser un espacio contracultural.
“Roba pero hace”, “se va a quedar 30 años en el poder y qué”, son frases que estamos acostumbrados a escuchar, debemos educar con ternura para no escucharlas más.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

que buen articulo, se lo deberian graba r en su mente todos los educadores. Felicitaciones Giuliana, encontré este articulo en el blog de una chica de Costa Rica, pero a partir de ahora vistaré tu blog.
Saludos desde Ecuador
Gabriela

Anónimo dijo...

Giuli chequeé la página de la red de Argentina y te han copiado este artículo con sus puntos y comas. Espero que esa blogger se disculpe contigo.
Siempre que te leó les mandas sus chiquitas a la Iglesia, no parece que te hubieran criado tus abuelos.
Bueno voy a leer lo nuevo que has escrito sobre la que fue ponente en nuestro congreso.
Evelyn

Anónimo dijo...

y como no tuve una maestra como tu
si das clases a adultos me apunto Giuliana
con admiración
Mario

Taller de Letras dijo...

:)

karolina Manzanarez dijo...

Me gusta este documento pues soy estudiante de la escuela normal me preparo para ser maestra y quiero ser buena y pienso que la pedagogia de la ternura es una parte fundamental para serlo pues de ese forma brindare a mis alumnos un ambiente de confianza y contrvuire a la educacion de calidad en mi pais

Anónimo dijo...

Mi maestra de la universidad Pedagogica me encargo buscar esta informacion, y ahora que la veo, me doy cuenta de lo importante que es esta pedagogia, sobretodo en este tiempo que estamos pasando de violencia. Si todas como educadoras practicaramos esta enseñanza nuestros alumnos serian más felices.

Unknown dijo...

Querida Guiliana en la misma línea estamos, pues el considerar los aspectos socioemoconales en nuestros estudiantes nos permite reafirmar nuestra condición humana.
No miremos al estudiante solo como un sujeto de aprendizaje si no más bien como el ser sublime acompañado de grandes sentimientos puestos en nuestras manos artisticas para moldear. Que gran responsabilidad.