Hace unos años caminando por las calles de la Lima vieja, alguién me preguntó si yo creía en los milagros, contesté que NO y me replicó agrandando sus hermosos ojos: "Giuliana, tu eres un milagro, yo soy un milagro, lo que vivimos día a día es un milagro". Recuerdo esas palabras como si las hubiera escuchado ayer.
Cusco me dejó en este viaje gratos momentos con amigas de la universidad, inolvidables juergas, nuevas amistades (que me hicieron reir con sus ocurrencias y sonreir con sus reflexiones sobre nuestra América) y la certeza de que es la ciudad a la que siempre quiero regresar porque aquí se conjugan perfectamente todas las etapas de nuestra historia y aqui todas las razas interrelacionan bajo los hermosos paisajes que los apus nos regalan.
Pero también aqui supe lo que era caerme con consecuencias. Los que me conocen saben que siempre he sido un poco torpe al caminar, y son muchas las anècdotas que puedo contar al respecto, pero la caida que sufrí en Sacsayhuaman me trajó como resultado una fractura en mi tobillo izquierdo y una serie de complicaciones después como el robo de mi mochila en el terminal de buses, en la que además de accesorios personales estaba mi càmara filmadora. una pérdida irreparable por todo lo que había logrado registrar, momentos que no se repetirán
Pero también aqui supe lo que era caerme con consecuencias. Los que me conocen saben que siempre he sido un poco torpe al caminar, y son muchas las anècdotas que puedo contar al respecto, pero la caida que sufrí en Sacsayhuaman me trajó como resultado una fractura en mi tobillo izquierdo y una serie de complicaciones después como el robo de mi mochila en el terminal de buses, en la que además de accesorios personales estaba mi càmara filmadora. una pérdida irreparable por todo lo que había logrado registrar, momentos que no se repetirán
Lo peor sucedió en Ica ya con la pierna enyesada, perdí el equilibrio y me cai cortándome con un vidrio dos dedos de la mano izquierda, una situación complicada que tenía como único camino operar e injertar.
La noche, luego de ser operada, no pude dormir pese a las inyecciones y calmantes que me suministraron. El médico me dijo que tenía que soportar el dolor porque la mano es una zona muy sensible ya que aqui se encuentran las terminaciones nerviosas. Una herramienta perfecta que sólo he llegado a apreciar cuando estuve a punto de perderla.
Ayer me dijeron que ya pasó el peligro de cualquier infección pero que tenía que esperar una semana más para que me saquen los puntos, estos días aprendí a valorar más mi cuerpo y cada partecita que lo conforma y comprobé una vez más que la familia es lo más grande que tenemos, he estado dependiendo de ellos en todo momento. No sé que hubiera sido de mí sin su apoyo.
Agradezco a mi familia y a mis amigos que me fueron a visitar o me llamaron durante estas semanas, gracias por sus buenos deseos, por su aliento, por hacerme sonreir en momentos en que estuve deprimida o que me sentía una inutil. Todos ustedes son un milagro en mi vida.