Estamos cercanos a las fiestas navideñas y de fin de año, pero ya las calles de Ica no lucen las habituales luces y adornos con motivos alusivos, es más muchas de esas calles hoy son solo escombros y polvo.
Pero bueno este articulo no es para redundar en la incapacidad de las autoridades de la región, lo que escribo hoy es para reflexionar sobre el por qué los peruanos no aprendemos de las tragedias.
Un claro ejemplo es que aquella fatidica noche en que innumerables cuerpos fueron calcinados por las llamas en uno de los núcleos comerciales más importantes del país, parece haber quedado en el olvido, pues es triste caminar por las calles y observar que están a la venta, a vista y paciencia de todo transeúnte, diversidad de pirotécnicos para todos los gustos.
Su venta está prohibida, pero se reitera en la práctica una vez más que las leyes en nuestro país son "letra muerta", y ojo que el delito no es sólo responsabilidad de los vendedores, creo que mayor responsabilidad tienen los que compran, y peor aun los que inducen a los niños a comprarlos.
La pregunta es ¿qué hacer? ¿cómo generar consciencia en los padres que creen complacer a un niño comprando estos artículos peligrosos para ellos y para todos en general? ¿queda sólo rezar?
Para que tengas una idea más clara del horror que podríamos volver a vivir lee la siguiente crónica: