17 mar 2013

Doña Julita: Un hermoso regalo de Dios en nuestras vidas

Hoy 17 de marzo se cumple un mes de no tener fisícamente con nosotros a la mujer que significó a muchas personas a la vez en mi vida, fue mi abuela, mi madre, mi padre, mi hermana, mi amiga. mi ídola, mi compañera: Doña Julita. la roca en la que todos nos apoyábamos y cuya ausencia nunca dejará de doler en nuestras vidas.

Doña Julita cumplía 86 años y los que la amábamos decidimos acompañarla hasta Paracas, el lugar que eligió para compartir con nosotros su día y que era mi favorito en el mundo hasta ese día.
Era una fecha especial que significaba para ella la primera sin su esposo y sin su hijo, pérdidas cercanas que se reflejaban en su rostro triste, rostro que se transformaba en felicidad pura cuando sostenía a Joaquín entre sus brazos.

Hay dentro de mí tanto dolor, recuerdo su carita sonriendo cuando nos metimos al mar a jugar como niñas, aun no puedo creer que minutos después entraría en estado de coma para siempre.

Sé que debo sentirme tranquila porque trate de darle lo mejor de mí, todos mis logros siempre se los dediqué, porque  se lo debía todo, porque si algo hay que reprocharle es su infinito amor, es su sacrificio por los demás a pesar de sí misma, sólo eso.

En los últimos meses fue la que me alentó y no permitió que me deprimiera por la enfermedad de mi padre, siempre me sorprendió su fortaleza moral ante la adversidad, su dignidad ante el dolor, su honestidad en todos sus actos, su valentía para luchar por sus sueños a pesar de todos los obstáculos que se le presentaron, que fueron muchos.

Sé que nadie es eterno, pero me gustaría tenerla conmigo, llamándome la atención, engriendo a mi Joaquín y enseñándome a ser mamá, nadie mejor que ella para esta tarea.

Si es cierto que hay vida más allá de la vida, estoy segura que estará feliz con mi padre, su hijo amado y con el travieso Lito. Mientras tanto los que la amamos trataremos de hacer honor a su recuerdo con una sonrisa en los labios aun en los peores momentos.

La amo Doña Julita, soy parte de Usted y soy inmensamente feliz y orgullosa por esta hermosa verdad.

"... tú me sabes bien cuidar, tú me sabes bien guiar, todo lo haces muy bien tú, ser muy buena es tu virtud... cómo te puedo pagar todo lo que haces por mí todo lo feliz que soy, todo este inmenso amor?..." infinitas gracias, infinito amor.