Los líderes del Partido Político Acción Popular, Ernesto Andrade Sotil y Raymundo Rubio Quijandría, hallaron la muerte a la altura del Km 246 de la Carretera Panamericana Sur, al promediar las 4:30 pm del jueves 17 de junio, cuando retornaban de Paracas luego de haber mantenido coordinaciones con las bases partidarias de ese distrito pisqueño.
Un frontal y aparatoso choque con un camión cisterna, redujo a chatarra el auto que los transportaba, ocasionando la muerte instántanea de ambos compañeros. El chofer del camión cisterna luego declaró que se le había roto la dirección y por este motivo perdió el control de su vehículo. (Hay que destacar que es la segunda vez que este camión registra un accidente anterior por la misma falla, lo que podría implicar una negligencia por parte de este transportista).
Este fatídico accidente ha enlutado los hogares de sus familiares y amigos y ha causado un profundo pesar en toda la ciudad de Ica, ya que eran dos jóvenes profesionales que se habian unido para plantear propuestas de desarrollo para la región y hasta el momento habían demostrado acciones consecuentes con sus palabras.
En lo personal siento mucho la pérdida de ambos, ellos formaron parte de mi etapa colegial, no estudiamos juntos, pero si teníamos amigos en común, lo que siempre nos hizó coincidir en innumerables reuniones y cultivar una buena amistad.
A Ernesto siempre lo consideré un chico noble, muy educado y apasionado por la música, recuerdo que cuando iba con unas amigas a su casa, a veces lo encontrábamos ensayando con su banda. Cuando me enteré que postulaba a la alcaldía de Ica, lo primero que pensé era que quería seguir los pasos de su padre, un hombre que había logrado inculcar con el ejemplo valores en sus hijos y a la vez los había formado como militantes del Partido de la lampa que predica la justicia social. Fue muy triste darle las condolencias a su familia y no tuve el valor de acercarme a Leyla, su esposa, que en todo momento se aferraba al féretro de su amado. A él lo voy a recordar siempre con su sonrisa de niño bueno y travieso.
Ray, en cambio viene a mi mente como uno de los chicos más asediados, tenía un tipo muy exótico e incluso inspiró en mis compañeras colegialas una canción que él nunca llego a escuchar y que tenía como título "el chico de la R2" (R2 era la ruta en la que siempre nos regresábamos de colegio). Fue novio de varias amigas y nuestras charlas más largas siempre se dieron por teléfono. Hace unas semanas estaba en un Café y tuve la oportunidad de verlo, nos saludamos con cariño y nos hicimos algunas bromas por la apariencia física, que ya no es la misma de hace 15 años, reimos y luego nos despedimos, sin imaginar que era la última vez.
Muchos aun no salen del shock emocional que ha producido esta trágica noticia, sólo queda esperar que se esclarezcan los hechos y sancionar al responsable, pero por más justicia terrenal, sé que dejan un vacío imposible de llenar en sus familias y una profunda tristeza en todos los que fuimos afortunados con sus presencias en nuestras vidas.
